Por Celeste
Borace. 3º PEP. ISFD Nº 34. Rosario.
Ante las continuas escenas de violencia que
tienen lugar en las escuelas, es necesario reflexionar sobre las causas de este
complejo problema, y pensar en distintas estrategias que permitan contribuir a
la mejora o solución de esta realidad. A continuación expondré cómo la
educación por proyectos puede cumplir una función preventiva en relación a los
hechos de violencia en la escuela.
Mi experiencia personal en el trabajo por
proyectos me permite acordar con lo expuesto por Norberto Boggino en su libro
“Cómo prevenir la violencia en la escuela”. La implementación de proyectos, por
las características que posee esta “metodología”, permite a los alumnos
desarrollar muchas cualidades, actitudes y valores que contribuyen a la larga a
evitar tendencias violentas, y también a construir otras formas de relacionarse
y comunicarse con los otros.
Para ejemplificar esto, podemos decir que el
trabajo por proyectos implica un predominio de lo grupal. Esto expone a los
niños a interactuar con otros, negociar, escuchar y tener una meta común por la
cual trabajar. Además, se busca la autonomía del alumno y se provoca la toma de
decisiones por parte de ellos. Esto involucra el que los niños no tengan una
actitud de obediencia pasiva, sino que participen activamente en su proceso de
aprendizaje; de esta manera se construyen colectivamente las metas, las formas
de alcanzarlas y se genera a su vez, una actitud de compromiso hacia las
tareas. Este tipo de actitud y visión de la realidad que se desarrolla en los
alumnos, es la misma que se necesita para establecer normas de convivencia y
respetarlas. Esto es solo una muestra mínima de algunas de las cosas que
promueve el trabajo por proyectos.
Con mi pareja pedagógica, en el trayecto de
práctica correspondiente a mi tercer año de profesorado, realizamos un proyecto
en segundo grado. Si bien los niños de esa edad no pueden realizar de forma autónoma
algunas cosas, fue posible realizar un exitoso proyecto. Para nosotras se hizo
evidente el clima de trabajo favorable que genera, como promovió un espíritu de
cooperación, el respeto por el otro y sus producciones, incluso los puso en un
espacio donde ellos mismos tenían que resolver las dificultades y diferencias
que surgían en el grupo, aprendiendo a ceder, conversando y pidiendo ayuda en
caso de dirimir un conflicto que no lograban solucionar.
Sin importar el área curricular de que se
trate, siempre es posible educar en normas y valores, y los proyectos resultan
una herramienta útil para este fin.
Sólo dando un vistazo, se evidencia la crisis
de valores que reina en nuestra sociedad. La violencia ha impregnado todos los
ámbitos; la socialización primaria y secundaria de los niños se realiza en este
ambiente, en el que los medios de comunicación festejan y fomentan la
violencia, y muchos niños sufren maltrato físico y verbal en sus hogares. Como
docentes tenemos la responsabilidad de hacer que la escuela y nuestra aula sea
un espacio libre de violencia, donde el respeto sea la base de la relación
entre los sujetos. Para poder lograrlo, debemos aprovecharnos de todas las
estrategias posibles, entre las cuales se encuentra el trabajo por proyectos.
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