martes, 12 de noviembre de 2013

Los proyectos escolares como estrategia de prevención de la violencia.



Por Celeste Borace. 3º PEP. ISFD Nº 34. Rosario. 

Ante las continuas escenas de violencia que tienen lugar en las escuelas, es necesario reflexionar sobre las causas de este complejo problema, y pensar en distintas estrategias que permitan contribuir a la mejora o solución de esta realidad. A continuación expondré cómo la educación por proyectos puede cumplir una función preventiva en relación a los hechos de violencia en la escuela.
Mi experiencia personal en el trabajo por proyectos me permite acordar con lo expuesto por Norberto Boggino en su libro “Cómo prevenir la violencia en la escuela”. La implementación de proyectos, por las características que posee esta “metodología”, permite a los alumnos desarrollar muchas cualidades, actitudes y valores que contribuyen a la larga a evitar tendencias violentas, y también a construir otras formas de relacionarse y comunicarse con los otros.
Para ejemplificar esto, podemos decir que el trabajo por proyectos implica un predominio de lo grupal. Esto expone a los niños a interactuar con otros, negociar, escuchar y tener una meta común por la cual trabajar. Además, se busca la autonomía del alumno y se provoca la toma de decisiones por parte de ellos. Esto involucra el que los niños no tengan una actitud de obediencia pasiva, sino que participen activamente en su proceso de aprendizaje; de esta manera se construyen colectivamente las metas, las formas de alcanzarlas y se genera a su vez, una actitud de compromiso hacia las tareas. Este tipo de actitud y visión de la realidad que se desarrolla en los alumnos, es la misma que se necesita para establecer normas de convivencia y respetarlas. Esto es solo una muestra mínima de algunas de las cosas que promueve el trabajo por proyectos.
Con mi pareja pedagógica, en el trayecto de práctica correspondiente a mi tercer año de profesorado, realizamos un proyecto en segundo grado. Si bien los niños de esa edad no pueden realizar de forma autónoma algunas cosas, fue posible realizar un exitoso proyecto. Para nosotras se hizo evidente el clima de trabajo favorable que genera, como promovió un espíritu de cooperación, el respeto por el otro y sus producciones, incluso los puso en un espacio donde ellos mismos tenían que resolver las dificultades y diferencias que surgían en el grupo, aprendiendo a ceder, conversando y pidiendo ayuda en caso de dirimir un conflicto que no lograban solucionar. 
Sin importar el área curricular de que se trate, siempre es posible educar en normas y valores, y los proyectos resultan una herramienta útil para este fin.    
Sólo dando un vistazo, se evidencia la crisis de valores que reina en nuestra sociedad. La violencia ha impregnado todos los ámbitos; la socialización primaria y secundaria de los niños se realiza en este ambiente, en el que los medios de comunicación festejan y fomentan la violencia, y muchos niños sufren maltrato físico y verbal en sus hogares. Como docentes tenemos la responsabilidad de hacer que la escuela y nuestra aula sea un espacio libre de violencia, donde el respeto sea la base de la relación entre los sujetos. Para poder lograrlo, debemos aprovecharnos de todas las estrategias posibles, entre las cuales se encuentra el trabajo por proyectos.
 

 

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