Si
bien el nuevo paradigma de la diversidad supone un cambio, una transformación
en la escuela que rompa con antiguas cristalizaciones de la cultura escolar
antes hay que replantearse las políticas que atraviesan las instituciones
educativas, cuál es rol que le otorga la sociedad y qué es lo que esperan los
sujetos de la misma.
Muchas
teorías presentan a la escuela como el aparato de reproducción más fuerte que
tiene la sociedad, ya que la asistencia a la escuela es obligatoria y es
necesario adquirir ciertas normas y aptitudes para vivir y sobrevivir en la
escuela y ser un sujeto activo y participativo en sociedad.
Como
docentes es necesario cuestionarse qué es lo que se transmite realmente en la
escuela, qué es lo que se busca en esas enseñanzas ¿acaso estamos enseñando a
cada sujeto mantener la idea de que pertenece a un cierto sector y se mantendrá
estático en él? ¿Acaso somos meros ejecutores de las decisiones de otros?
Si
bien es necesario repensar las relaciones dentro del aula, que el docente deje
de ser el único poseedor del saber, y aquel que tiene el poder dentro del aula,
cabe preguntar hasta qué punto uno tiene que correrse de ese lugar, hasta qué
punto beneficia y empieza a perjudicar esa postura a los estudiantes.
Diferentes
practicas escolares dejan un alto grado de exclusión social, ya sea por las
reiteradas repeticiones o por necesidades de los niños de salir a trabajar para
poder mantener a sus familias, o porque niños necesitan un acompañamiento
diferente para adquirir los aprendizajes y dentro de la escuela no lo
encuentran. ¿Cómo puede hacer la escuela para evitar la deserción escolar?, en
la mayoría de los casos la exclusión está estrechamente ligada a los lugares de
orígenes de los sujetos. La cultura escolar, las intervenciones especializadas,
marcan el destino final de estos niños con dificultades en su escolarización.
Una
mirada micro política de la escuela permitirá interrogar las relaciones de
poder presentes en el interior de la misma para avanzar en un proyecto
transformador.
Este
nuevo paradigma de la diversidad necesita que se inventen nuevas prácticas y
significaciones, nuevas relaciones entre los actores de la institución. La problemática presente aquí, es que se
encuentra resistencia al cambio, el poder permite que todas las viejas
cristalizaciones se mantengan idénticas, que los docentes sean los que soporten
y ejerzan esa realidad de ese poder.
Me
parece necesario repensar y reflexionar sobre las formas en que se ejerce el
poder en la escuela. Trabajar en nuevas estrategias vinculadas a un proyecto
integrador y democratizador. Trabajar con el sujeto de aprendizaje para la
transformación, debemos ubicarnos en lugar distinto de la imposibilidad para
poder ver el cambio posible.
Por Andrea Maldonado. 3º PEP. ISFD Nº 34. Rosario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario